Prueba del Volvo EX90: ¿está por delante de BMW, Mercedes y Audi?

Durante mucho tiempo, el XC90 fue el único coche de siete plazas de la gama de Volvo.

Cuando salió el modelo de primera generación en 2003, se convirtió en un coche muy popular entre las familias que buscaban algo seguro, práctico y bastante fiable. Después, cuando salió el coche de segunda generación, continuó ese mismo legado con más tecnología, nuevos motores y un estilo diferente.

Ahora, sin embargo, hay un nuevo Volvo de siete plazas para que los clientes lo prueben. Se llama EX90, y es un SUV eléctrico que introduce una serie de nuevas tecnologías que puede esperar ver en los Volvo durante muchos años.

Pero, ¿es este último coche de la firma sueca lo suficientemente bueno como para hacer frente a una competencia cada vez más eficiente? ¿Y puede realmente ser un verdadero sucesor del enormemente exitoso XC90 a la vez que se enfrenta al EV9? Siga leyendo para averiguarlo...

Asentada sobre una nueva plataforma a medida denominada SPA2, todas las versiones del nuevo EX90 utilizan una batería montada en el suelo de 111 kWh (107 kWh utilizables) que es buena para 374 millas de autonomía. En la variante Performance, dispone de dos motores síncronos de imanes permanentes -uno en el eje delantero y otro en el trasero- que producen un total de 515 CV y 909 Nm.

Esto significa que este SUV de 2712 kg puede pasar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h. Lo más importante, sin embargo, es el hecho de que su eficiencia está fijada en 62,1 kWh/100 km, que es más que la del Kia EV9 y casi la misma que la del BMW iX.

Con el tiempo habrá disponibles versiones más sedentarias. Por ejemplo, el modelo estándar ofrecerá 406 CV y un tiempo de 0 a 100 km/h de 5,9 segundos, lo que sigue siendo bastante rápido.

Cabe destacar que la batería es capaz de cargarse a velocidades de hasta 250 kW, lo que significa que debería poder cargarla del 10% al 80% en aproximadamente media hora.

Cuando se pone al volante del EX90, nota inmediatamente lo silencioso que es. El editor del título hermano de Move Electric, Autocar, dijo que no recuerda haber conducido un coche tan silencioso como éste. Dijo que es «casi como un Rolls-Royce».

La conducción también es bastante buena. Incluso cuando está equipado con aleaciones de 22 pulgadas (que vienen de serie), el EX90 es muy flexible a altas velocidades, lo que lo convierte en un gran coche para viajes largos.

Por supuesto, un par de razones para ello son su suspensión neumática de doble cámara y su capacidad para ofrecer al conductor diferentes ajustes tanto para los amortiguadores como para la dirección. Puede tener una opción «suave» o «firme», y si mantiene ambas en el ajuste «suave», obtendrá lo mejor del EX90.

La transmisión también sólo tiene dos ajustes: estándar o rendimiento. El modo estándar lo mantiene más cómodo y relajado, mientras que el rendimiento agudiza significativamente la respuesta del acelerador.

Con 515 CV a su disposición, la aceleración es, digamos, enérgica; casi demasiado enérgica para un coche de este tamaño y peso. Incluso la versión estándar de 406 CV será lo suficientemente rápida sin resultar desagradable al pisar a fondo el acelerador.

¿Qué hay de la manejabilidad? Bueno, si lo pone en modo de rendimiento y decide que quiere darle caña a la dirección en una carretera revirada, el EX90 gira notablemente bien para un coche de su tamaño. 

El balanceo de su carrocería está muy controlado, hay mucho agarre y, aunque no es el coche más envolvente o que más enganche, respetas lo que puede hacer teniendo en cuenta su tamaño.

Respecto a su tamaño, mide 5037 mm de largo, 2039 mm de ancho y 1747 mm de alto. Esto lo hace ligeramente más grande que el BMW iX y el Kia EV9, pero gracias a su inteligente estilo en realidad parece más pequeño de lo que es.

¿Cómo queda entonces frente a sus principales rivales? Concretamente, el Kia EV9, que es uno de nuestros SUV eléctricos favoritos. El Kia se anota inmediatamente un punto por su precio: está disponible desde unos 86.000 euros en su versión de doble motor, mientras que el EX90 cuesta unos 120.000 euros.

En el interior, es fácil ponerse cómodo en cualquier fila. Los asientos traseros son un poco estrechos, por lo que sólo se pueden utilizar para viajes cortos, pero los niños deberían ir bien.

El Kia también es un poco más espacioso por dentro y aprovecha mejor su espacio, con más portavasos y huecos portaobjetos de los que probablemente necesitará. 

El hecho es que la diferencia de precio entre ambos es significativa, lo que significa que el Volvo va a tener que esforzarse mucho para ganarse el favor de los clientes.

Su tecnología de a bordo debería ayudarle con esto, ya que su gran pantalla táctil de 14,5 pulgadas tiene la capacidad de recibir actualizaciones por aire y su navegación por satélite utiliza un sistema operativo basado en Google, lo que significa que su uso es bastante intuitivo.

También dispone de una pantalla digital de instrumentos y un Head-Up Display para facilitar la lectura de la velocidad, la autonomía eléctrica y el estado de carga.

Un problema del sistema, sin embargo, es que a muchas funciones básicas se accede a través de menús enterrados en la pantalla táctil. Entre ellas, la apertura de la guantera y el ajuste del volante, lo que resulta irritante.

En general, sin embargo, hay mucho que gusta del nuevo EX90. Tiene algunas nuevas características geniales -algunas dictadas por software y otras no- que la hacen bastante convincente, pero también tiene algunos defectos que necesitan ser limados.

Una vez que lo estén, sin embargo, este SUV eléctrico acabará convirtiéndose en un muy buen sustituto del querido XC90.