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¿Nos creería si le dijéramos que se pueden utilizar algoritmos de software para exprimir significativamente más autonomía de las baterías de los coches eléctricos? Pues realmente es posible.
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El software se está convirtiendo en una parte enormemente importante a la hora de dar forma al carácter de los coches y a nuestra relación con ellos. Y sabemos que puede aplicarse a algo más que al proceso de producción: puede influir en su funcionamiento. De ahí viene lo de «vehículos definidos por software».
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El software, sin embargo, no tiene por qué significar necesariamente funciones que le quiten la alegría a la conducción de un coche, como el ADAS y las ayudas a la conducción autónoma. En realidad, algunos programas avanzados pueden utilizarse para aportar una mejora tangible a la experiencia de propiedad y conducción.
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Volvo se ha asociado con la empresa británica Breathe Battery Technologies y se ha convertido en el primer fabricante de automóviles en utilizar algo llamado Breathe Charge, que es una forma totalmente nueva de suministrar energía a la batería y acelerar los tiempos de carga.
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El software utiliza algoritmos, que tienen en cuenta distintos parámetros como la salud de la batería, para supervisarla y regularla en tiempo real. Esto contrasta con la carga tradicional, que se realiza mediante un conjunto de reglas inalterables.
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Volvo afirma que espera que Breathe Charge reduzca hasta casi un tercio el tiempo necesario para cargar rápidamente sus vehículos eléctricos de nueva generación del 10% al 80%. Eso depende del tipo de paquete de baterías, dice Volvo, y las pruebas han indicado mejoras de entre el 15% y el 30%. Sea como fuere, la mejora es significativa en comparación con las técnicas de carga existentes.
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Ahora perdónenos si nos ponemos bastante técnicos aquí. Una batería se compone de dos partes principales: un ánodo y un cátodo. La corriente eléctrica fluirá hacia el ánodo desde el circuito eléctrico de la pila, y hacia el cátodo. Ambos se asientan en un electrodo, que es un líquido que permite transportar iones entre el ánodo y el cátodo.
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El sistema Breathe Charge de Volvo utiliza una batería de iones de litio, lo que significa que los iones de litio fluirán hacia el ánodo y saldrán del cátodo.
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Si se utiliza demasiada energía durante la carga o si la temperatura es demasiado baja para la potencia que se está utilizando, los iones de litio pueden formar una capa metálica en la superficie de los ánodos, lo que reduce la capacidad de la batería y aumenta la resistencia eléctrica interna. Esto repercute en el rendimiento de un VE y, quizá lo peor de todo, acelera el proceso de envejecimiento de la batería.
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Poder aplicar un software inteligente y regulador al proceso de carga significa que las baterías pueden cargarse de forma segura lo más rápido posible sin que el proceso se convierta en un juego de adivinanzas, como ocurre con la carga normal.
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El software siempre ha sido importante en las baterías de iones de litio de alto voltaje, pero a medida que continúe la investigación, el uso del software podría llegar a ser tan importante en el desarrollo de las baterías como el desarrollo de la propia química de las baterías.